Mientras almorzaba en su kayak, Wesley vio una cola que se movía por el rabillo del ojo.

Wesley White estaba navegando en kayak frente a la costa de Belice cuando notó un animal cerca de una choza de pesca en una isla remota. Para su sorpresa encontró un cachorro hambriento. El perro era piel y huesos pero muy amigable. Llamó a la gente, pero no había nadie alrededor. Wesley no tenía idea de cómo el perro terminó en la isla desierta, pero sabía que tenía que salvar al cachorro.

Pero Wesley enfrentó un desafío. Relató al Dodo que solo tenía 36 horas antes de salir de Belice. Se preguntó si podría obtener la ayuda que necesitaba para salvar al cachorro a tiempo.

Tan pronto como regresó al hotel, la gente se acercó para ayudar, consiguiendo latas de comida para perros y el cantinero llamó a sus amigos para encontrar un veterinario. Wesley llevó a su rescate, ahora llamado Winston, al continente para visitar al veterinario, pero solo pudo quedarse por un tiempo muy corto.

La veterinaria, la Dra. Mia, se mantuvo en contacto con Wesley y le hizo saber que Wesley se recuperaría pero que necesitaba encontrar un hogar adoptivo. Afortunadamente, pudo conseguir uno a través de la Sociedad Protectora de Animales de Belice. La cuidadora de crianza temporal Melanie acogió a Winston y durante dos meses mantuvo a Wesley actualizado sobre el progreso de Winston, mostrándolo crecer y fortalecerse. Finalmente, llegó el momento de que Wesley abordara un avión con destino a Dallas.

Pero la reunión de Wesley y Winston aún estaba un poco lejos. Wesley tuvo que hacer el viaje a mediados de enero de Montana a Dallas. Y Wesley se preguntó, ¿lo reconocería Winston?

Mira la conmovedora conclusión de la historia en el siguiente video.